Publicado en El Mundo de Berisso 16/08/20

ASAMBLEA SALVEMOS EL MONTE

Por políticas que no destruyan ecosistemas


La Asamblea vecinal “Salvemos el Monte” se constituyó, entre otras cosas, con la aspiración de analizar pro y contras de proyectos o acciones gubernamentales que puedan afectar ecosistemas de la región. Se trata, esencialmente, de un espacio a través del que se expresan inquietudes y opiniones de vecinos interesados en la preservación del medio ambiente.

En los últimos días, los temas respecto de los que la Asamblea se pronunció fueron fundamentalmente dos: las consecuencias de las acciones de limpieza que se desarrollaron en el canal Génova y la posibilidad de que en el mediano plazo se avance en la intención de hacer del Puerto La Plata un puerto de aguas profundas.

Una reiterada y dudosa ‘solución’

Referentes de la Asamblea sostienen que la ‘solución’ de todos los gobiernos municipales a problemas asociados al canal Génova fue y es la de efectuar una limpieza sistemática, sin reparar en el daño que se genera a su biodiversidad, entre la que sobresalen varias especies vegetales, así como de aves y otros animales como el coipo, una especie de roedor originaria de Sudamérica que se alimenta de vegetales y habita en diversos tipos de humedales, a la que algunos vecinos suelen confundir con ratas.

“Hoy para los encargados de las obras hidráulicas, los canales son simples cañerías que deben mantenerse perfiladas y limpias, sin vida, con la única función de transportar agua”, exponen desde Salvemos el Monte, poniendo de manifiesto que ya de lleno en el siglo XXI no debería recurrirse a ingenierías que no contemplen el cambio climático ni a planificadores urbanos que desconozcan el valor de los humedales a la hora de tomar decisiones.

El canal Génova, cabe mencionar, es un humedal urbano de gran importancia conectado con el delta del Rio Santiago. Y si bien es reconocido como patrimonio importante de Berisso, termina siendo en general destino de residuos más que eje de algún proyecto de revalorización.

“Debido a la falta de obras sanitarias, muchos vecinos conectaron los desagües cloacales a los pluviales que desembocan en el canal”, observan desde la Asamblea al referirse a algunos de los residuos que tienen como destino el curso de agua.

Del mismo modo, observan que la construcción de la compuerta que está a la altura del Puente Tres de Abril, cortó el flujo natural de la subida y bajada del río, generando un escenario que debería analizarse en profundidad sin pasar por alto la perspectiva ambiental.

Dadas las circunstancias aludidas, la Asamblea lanzó un pedido público a la Municipalidad para que se elabore un Plan de Manejo de los Humedales Urbanos basado en principios de ‘empoderamiento y participación de la comunidad local’. El plan, deslizaron, podría contemplar la reforestación con especies nativas, para lo cual se debería repensar la función del vivero municipal, y la protección de especies emblemáticas como el ya mencionado coipo.

Una iniciativa que desde el sector valoran es el proyecto educativo desarrollado por el Museo Ornitológico y Centro de Interpretación Ambiental (MOCIA) que articula con las escuelas primarias de la ciudad con el fin de que los alumnos conozcan los ambientes naturales locales, más precisamente los humedales como el delta del Río Santiago, el Arroyo el Pescado, el bañado Maldonado y el mismo Canal Génova.

¿Un Puerto con mayor profundidad?

Otra preocupación de quienes participan de la actividad de la Asamblea está relacionada con la posibilidad de que cobre forma un proyecto para llevar de 30 a 47 pies de calado el canal de acceso al Puerto La Plata, con el fin de convertir a la estación portuaria de la región en un puerto de ‘aguas profundas’.

En tal sentido, recuerdan que con el calado actual y debido al oleaje generado por distintas embarcaciones, se producen desprendimientos de costa en la Isla Paulino, en zonas que no cuentan con tablestacado.

“El ancho de solera del canal entre islas fue inicialmente de 50 metros y si bien en la actualidad es de 100 metros, se ampliaría mucho más por el mismo dragado. Aun las zonas con tablestacado, tanto de la Isla Paulino como la de la Isla Santiago no resistirán. Se derrumbarán casas y tierras productivas, pero por sobre todas las cosas perderemos gran parte del patrimonio cultural y natural de la región”, alertan, críticos de lobbies que según exponen trabajan para llevar la profundidad a 47 pies.

Otra duda que siembran está relacionada con el volumen que ocuparía el material extraído de la draga. El dragado que se realizó a partir de 2012, sostienen, representó 4,1 millones de m3. “Estas tareas implicaron la construcción de recintos cerrados en Isla Paulino y zona continental de más de 50 hectáreas, en los cuales se depositó mediante bombeo el material dragado, contaminando con metales pesados e hidrocarburos como demuestra un estudio del laboratorio CIMA, dañando bosque nativo, áreas de producción sustentable y por sobre todo al humedal debido al alteo de la cota del terreno”, señalan, evaluando que para llegar a 47 pies de profundidad habría que extraer materia que estaría 3 o 4 veces por encima del volumen citado.

A los ojos de los asambleístas, los puertos de aguas profundas deberían planificarse en zonas con calado natural, para evitar el daño ambiental que genera el dragado en los canales de acceso.

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