Publicado en laizquierdadiario.com 14/10/14


BERISSO

El desfile de los contaminados

Martes 14 de octubre de 2014 | 13:42



Ayer por la tarde, en el marco de la fiesta del inmigrante, una columna de unas cien personas irrumpió en el tradicional desfile en reclamo por las obras del Puerto que afectan directamente al monte ribereño.
“No se vende, la tierra se defiende”, fue el canto que invocaron al ingresar sorpresivamente al tradicional desfile de las colectividades en el marco de la fiesta del inmigrante en Berisso que comenzó el pasado 4 de septiembre y culminó ayer. 
Vestidos con mamelucos blancos y barbijos, los manifestantes marcharon a paso lento con una bandera que los identificaba como la “colectividad de los contaminados”. Al llegar al palco se detuvieron frente a las autoridades y exigieron el micrófono para leer al público un manifiesto que explica el avasallamiento de las obras del puerto sobre el monte ribereño. Frente a la negativa, uno de los manifestantes leyó el manifiesto a pura voz, mientras desde el palco provenían insultos por parte de algunos acompañantes de los funcionarios públicos.
En el documento las distintas agrupaciones de vecinos afirmaron que el pueblo de Berisso debe saber que es lo que está sucediendo en el monte, “lo importante es que nos escuche el pueblo de Berisso. Nos presentamos como colectividad en este encuentro de las identidades para contar la realidad de la impunidad y corrupción que une a un interés económico de un grupo muy reducido, operando sobre la integridad de un ambiente que está hace muchos años antes que nosotros”. Pasados unos minutos la policía hizo un cordón alrededor del palco donde se encontraba el intendente de Berisso Enrique Slezack, para separar a los manifestantes, quienes se retiraron pacíficamente.
Más tarde otros manifestantes realizaron otra acción en defensa del monte ribereño, frente a la empresa Tecplata, que se encarga de la obra del puerto. En las paredes del edificio se escribieron consignas como “el monte no se vende” y “no a la entrega del monte”.
Al finalizar el desfile, el manifestante Gabriel Ramello, aseguró que estaban satisfechos con la movilización y destacó la organización de los vecinos, “por lo pronto me parece muy positivo desde el hecho organizativo, somos de diferentes colectivos, venimos de diferentes lugares, Villa Elisa, Parque Pereyra, Berisso, Ensenada, gente de Capital y de La Plata y nuclear y trabajar, eso ya es muy positivo”. Además subrayó el recibimiento de la gente a la movilización durante el desfile, que se sumó con aplausos al reclamo. “Ese fue un objetivo, comunicarle a la gente lo que sucede” y en cuanto a los abucheos desde el palco, Gabriel mencionó que “era de esperarse los matones del municipio y gobernación queriendo acallar a una manifestación espontánea”.
Los inicios de la lucha
La lucha de los manifestantes por el desmonte tiene ya varios años. La agrupación originaria “grupo pro terraplén ecológico” en el año 2010 se convocó a raíz de un cambio en el trazado original del terraplén costero que afectaba a terrenos de productores que desde hace décadas trabajan en ese zona del monte, cultivando frutos como uva y ciruelas, además de forestales entre los que se destacan el sauce y el álamo. Según comentaron en aquella oportunidad, no sabían qué sucedía, es decir, no contaban con información sobre la obra y cómo ésta iba a afectar ni más ni menos que el monte donde vivían. En ningún momento los vecinos fueron notificados al respecto, ni consultados sobre su parecer, a pesar de ser perjudicados directamente por la obra. Como consecuencia de su reclamo el grupo “pro terraplén ecológico”, consigue que la obra vuelva al trazado original. Un tiempo después las topadoras arrasan nuevamente con el terreno de otro de los productores y se impulsa la re activación de la lucha por parte de los vecinos. Surge la “asamblea de vecinos y productores familiares auto convocados en defensa del monte ribereño”, que luego será “asamblea salvemos al monte”. Ésta última propuso tres aristas de trabajo: jornadas culturales de difusión, conocimiento técnico legal y asesoramiento de especialistas ambientales y además, jornadas de trabajo en el monte. Si bien los primeros dos objetivos los pudieron vincular, el tercer punto quedó relegado y por ello se conformó de manera autónoma el espacio de las “mingas” impulsadas por productores ribereños y activistas que tienen como objetivo solidarizarse con la labor de los productores en el monte y difundir una relación integral con la tierra y sus habitantes. Otro espacio autónomo de trabajo que comenzó su desarrollo este año, se trata del “Centro de Estudios La Ribera”, que se conformó con el fin de desarrollar estudios ambientales para la protección del monte ribereño.
La lucha ya tiene un proceso que no se apacigua a pesar de los oídos sordos de algunos funcionarios y la inoperancia de los organismos correspondientes que perjudican con la entrega de tierras a los habitantes del Monte, Berisso y Ensenada, sólo con fines comerciales por sobre la vida de las personas y de todos los seres vivos que habitan el ecosistema ribereño.
Más información en: Facebook “Salvemos al Monte de Berisso”.
El monte ribereño es unos de los pocos humedales que quedan en América Latina, particularmente las islas Paulino y Santiago cuentan con una gran biodiversidad y en su naturaleza funciona como contenedor de las sudestadas del río y las precipitaciones.
El primer proyecto que afecta el humedal comenzó en el año 2010, se trata del terraplén costero. Sin estudio de impacto ambiental, la obra se desarrolló de manera negligente, impidiendo al humedal drenar el agua de las precipitaciones y crecidas del río de manera natural. A su vez, se violó la Ley 12.756 de Paisaje Protegido, que debería garantizar la subsistencia del monte ribereño.
Hasta el momento se destruyeron cien hectáreas y se vertieron sobre las tierras barros contaminados con metales pesados producto de años de contaminación industrial que a simple vista se observa en la zona.
Al respecto, un estudio del CONICET sobre la “calidad ambiental argentina” colocó a Ensenada dentro del ranking de las primeras cinco ciudades con peor calidad de vida, teniendo en cuenta el funcionamiento de la destilería YPF, el relleno sanitario CEAMSE, la central térmica y, ahora, el desmonte. En términos regionales, debemos sumar el crecimiento inmobiliario, el camino sobre el arroyo Doña Flora y la autopista sobre el Parque Pereyra Iraola.
Frente a este avasallamiento de los intereses económicos de algunas empresas constructoras, inmobiliarias y el Gobierno provincial como cómplice, los vecinos se auto convocaron en distintas zonas de la provincia de Buenos Aires y decidieron luchar por la protección de los pocos espacios naturales que aun quedan.

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