Desde la Asamblea de vecinos y productores
“Salvemos al Monte” expresamos nuestra solidaridad con los trabajadores de la
empresa TEC-PLATA S.A. ante la posibilidad de que pierdan sus fuentes de
trabajo, así como desde el comienzo de esa faraónica obra hasta el presente nos
solidarizamos con los trabajadores isleños y ribereños que se vieron
perjudicados y desplazados sin que ningún funcionario portuario, municipal ni
provincial levantara la voz en su defensa.
Hace más de tres años, a través de
distintos medios, advertimos que esto sucedería. Les dijimos a todos los que
nos querían escuchar que esto era una cortina de humo para tapar un gran
negocio. Les hicimos saber lo que hoy constituye una verdad insoslayable: que
“la reactivación portuaria” era parte del relato, que esa terminal nunca iba a
contratar ni 500, ni 1.000 ni 3.000 ni mucho menos 5.000 trabajadores como
fuera anunciado públicamente por el ex Intendente Enrique Slezack (hoy no llegan a 150).
Nos quisieron vender que volvíamos a ser
una ciudad portuaria como lo fuimos en momentos en que contábamos con un
complejo frigorífico (SWIFT-ARMOUR), desconociendo las autoridades municipales
y provinciales de la anterior gestión que el mundo había cambiado. Aquella
situación sociopolítica, económica e industrial no podría volver de la mano de
un puerto importador, de almacenamiento de contenedores.
Aquel modelo portuario estaba basado en el
esfuerzo y en el trabajo de los berissenses; el actual modelo no deja más que
prostitución, narcotráfico y contrabando. Si esto no fuera así, no existiría la
zona marginal de Dock Sud y la “Isla Maciel”, ni la ciudad de Rosario estaría
sufriendo actualmente los flagelos de los cárteles.
También expusimos, en reiteradas
oportunidades que esta obra estaba destruyendo un paisaje protegido por Ley,
que no podíamos seguir viviendo de
espaldas al río, al monte, ya que hay una ribera que no conoce de municipios,
que nos une, nos hermana, que alberga una cultura y una historia asociadas a
los orígenes mismos de nuestra región.
De la mano de profesionales idóneos dimos
a conocer qué son los humedales, ya que vivimos en uno, y que la obra portuaria
lo destruía. Señalamos que la agresión constante a estos espacios es en buena
parte responsable de las inundaciones que padecemos.
Nos trataron de mentirosos, fabuladores y
de operar para el puerto de Buenos Aires. Entre otros, el presidente del
Consorcio de Gestión del Puerto La Plata Mariano Goyenechea, se encargó de
desacreditar nuestros reclamos y nuestro accionar. No obstante, en el mayor de
los silencios les demostramos -mediante pericia judicial- que los recintos de
refulado causaron un daño ambiental grave e irreversible, que ese material
producto del dragado ahogó las plantas, expulsó a la fauna y cambió las
características del suelo de decenas de hectáreas de la Isla Paulino por
contener metales pesados e hidrocarburos, las cuales dejaron de ser aptas para
cualquier tipo de actividad. También demostramos que se volcaron miles de
litros agua salada al Río Santiago producto de la perforación de las napas.
Hoy, el presidente del Consorcio de
Gestión del Puerto La Plata, dice que en 2009 (inicio de la Terminal de
TEC-PLATA S.A.), se proyectaba para 2012 un movimiento anual de 2 millones de contenedores,
lejos de ello, al año 2016 se mueven 900.000 y Buenos Aires tiene espacio para
aproximadamente 1.200.000, por lo tanto, sobra sitio en el puerto
metropolitano. Pero nunca le creímos y fundamentalmente no confiamos en que
ICTSI sea tan improvisada como él dice o que no hayan realizado los cálculos de
riesgo que merece una inversión de este tipo. Sobre todo teniendo en cuenta
todas las obras viales que fueron proyectadas en torno a la reactivación
portuaria, escondiendo negociados espurios y desoyendo propuestas de alternativas
viables como la puesta a punto de las vías férreas existentes y el transporte
por agua, por caso, la utilización de la Hidrovía.
De más está decir que nos oponemos a que
dichas obras viales se lleven a cabo a espaldas de los ciudadanos, más aún
considerando las promesas incumplidas y falacias dichas por los funcionarios
portuarios y la ex administración municipal. Obras de tal envergadura, por otra
parte, ameritan que se brinde a la población información completa acerca de sus
implicancias y que se arbitren las instancias de participación pertinentes,
convocando a audiencias públicas previas.
Ahora, pese a la abundancia de notas
periodísticas encabezadas por el justo reclamos de los trabajadores de
TEC-PLATA S.A., nadie dice quién se hará cargo del pasivo ambiental ni explica
cómo se van a remediar las zonas afectadas.
Por todo lo expuesto debemos decir que la
ampliación portuaria agredió nuestro ambiente, nos puso en emergencia ambiental
involucrando a toda la región por haberse omitido los controles y haberse violado
las normas ambientales vigentes, desde nuestra Constitución Nacional hasta
Ordenanzas Municipales, pasando por las Leyes Nacionales de Presupuestos
Mínimos (incluyendo la Ley de Bosques Nativos) y las Leyes Provinciales de
protección (Ley Nº 12.756 de Paisaje Protegido).
Señalamos a las autoridades actuales que
el conflicto laboral puede ser revertido a favor de los trabajadores. Pero ello
no es excluyente del conflicto ambiental. Por tal motivo les pedimos que se
abra todo canal de diálogo posible con los integrantes de la Asamblea y con la
población en general a fin de encontrar la forma de remediar el daño causado y
evitar los daños futuros.
Asamblea de vecinos y productores
“Salvemos al Monte”
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