Publicado en El Mundo de Berisso 28/09/12


REDACCIÓN ABIERTA
¿Qué te pasa Isla mía?

En la edición del Semanario del 3 al 9 de agosto me gustó el encabezado de una nota en la que un lector se preguntaba “¿Qué te pasa pueblo mío?”… A estas líneas las titularía “¿Qué te pasa Isla mía?”. Porque lo que están haciendo en la Isla Paulino es de una destrucción sin antecedentes: de un caño sale agua salada, consecuencia de una ruptura que se produjo en el Puerto; en estos momentos eso desagota en el canal que va al arroyo El Píccolo.
Supuestamente pensaban, por medio de cañerías, verterlo en el monte de la isla, más precisamente atrás del recreo “El Arroyito”. Un lugareño escuchó muy cerca de su casa un ruido a motor; fue a ver y… sorpresa: una máquina dentro del monte. Si señor, como lo está leyendo. Entran de noche, como invasores ilegales, y destrozan todo a su paso, árboles, arroyos, aves y animales como nutrias y carpinchos autóctonos.
Como fueron descubiertos y no pudieron concretar su trabajo ilegal encubierto, parece que decidieron seguir entubando para mandar el agua salada nada más ni nada menos que a la playa de la isla Paulino, la mejor playa del Río de la Plata como lo dijeron alguna vez revistas como Week-end ó Aire y Sol, entre otras.
El daño que se va a causar es irreversible para el ecosistema. En un día de inundación o creciente como la del 17 y 18 de septiembre, el agua se va a meter en las quintas, para secar viñedos, ciruelas y flores. Los berissenses saben que esta isla es la única que queda porque la Santiago ya es una extensión de la ciudad, cosa que nosotros no queremos que pase. Están destruyendo un mini-delta natural y salvaje, como no hay otro en muchos kilómetros a la redonda. Por ahora no sabemos quién o quiénes son los responsables, pero lo estamos averiguando con gente idónea que se sumó a este reclamo legítimo. Lo que vemos es que se pasan la pelota Puerto, la empresa, el municipio, la OPDS y varios más. Mucho blah blah, pero la depredación y destrucción gratuita sin límites sigue y nadie hace nada para frenarla.
Perdón, olvidé decir que el que firma esta nota es un isleño con 66 años, integrante de la sexta generación en este lugar, así que creo tener autoridad para decir lo que veo y el asco e impotencia que generan tanta impunidad y negligencia.
Solamente cuando se haya envenenado el último río, cortado el último árbol y matado el último pez, el hombre ser dará cuenta que no puede comerse el dinero. ¿Se entiende no?. Esto también va para el gobernador Daniel Scioli, que también es responsable, indirectamente o no, de este atropello a la naturaleza y tendría que tomar al toro por las astas.

Jorge Oreste Allegretti
DNI 4.648.931

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