Preocupación de organizaciones ambientales por Canal Magdalena
La mención del puerto de La Plata como el "ideal" para concentrar las actividades portuarias de comercio exterior de contenedores es el punto de la iniciativa que genera mayores controversias.
Jorge Taiana. Foto: Ignacio Petunchi
Sigue provocando reacciones adversas el proyecto presentado semanas atrás por el Senador Taiana para la construcción del Canal Magdalena. La mención del Puerto de La Plata como el “ideal” para concentrar las actividades portuarias de comercio exterior de contenedores, es particularmente el punto dentro del proyecto que más controversias ha generado.
En primera instancia, fueron los gremios que representan a los más de 5.000 trabajadores del Puerto de Buenos Aires y Dock Sud quienes alzaron su voz , para rechazar la idea de favorecer nuevamente a TecPlata, la controvertida terminal del Puerto de La Plata, construida hace más de 10 años.
La terminal, que no ha logrado atraer en una década a ninguna naviera, ni a los dueños de la carga, debido a sus falencias estructurales y a sus pésimos accesos terrestres y navales, suma serias objeciones medioambientales.
En ese sentido, vuelven a encenderse las señales de alerta en muchas organizaciones enfocadas en la defensa del medio ambiente, que batallaron infructuosamente en los momentos que avanzaban las obras civiles y de dragado en TecPlata.
Nuevo Ambiente, Ala Plástica Biósfera, Fundación Agroalimentos y la Asamblea Defendamos el Monte de Berisso, fueron sólo algunas de las organizaciones que advirtieron sobre el desastre medioambiental ocasionado: mas de 100 hectáreas de humedales y bosques fueron arrasadas violando la Ley de Paisajes Protegidos, la Ley Nacional de Bosques y el tratado internacional Ramsar de protección de los humedales. Contaminación y daño irreversible a la flora y fauna del lugar fueron el legado que dejaron las obras encaradas por el Grupo Filipino ICTSI y su subsidiaria TecPlata.
En aquel momento la propia Facultad de Agronomía de la UBA elaboró un informe en el que advirtió la contaminación ambiental generada por la disposición inadecuada del refulado sin tratamiento alguno, en la Isla Paulino. “Esta disposición final no debió hacerse ya que los humedales, bosques y paisajes de la isla se encuentran protegidos por legislación, internacional, nacional y provincial que impide alterarlos en modo alguno”.
La situación volvería a repetirse en una escala aún mayor de prosperar la idea presentada que prevé obras de dragado de hasta 46 pies.
Ya no sólo los gremios y el sector portuario se encuentran en alerta, las ONG esta vez se preparan para impedir un daño mayor al ya ocasionado y preparan una batería de medidas judiciales para oponerse a este proyecto que según fuentes cercanas a estas organizaciones, producirían “un desastre ecológico y un atentado contra el paisaje y los recursos naturales de la región”.
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